Frente al accidente de trabajo con lesiones, la
actuación del socorrista en materia de primeros auxilios consistirá en evitar
que el lesionado empeore, en sus condiciones, desde que se accidenta hasta que
es atendido por el personal sanitario.
Para ello es necesario que siga estos tres pasos:
Hágase cargo rápidamente de la
situación: Para ello tome el
mando y mantenga la calma y tranquilidad en todo momento. Busque los
riesgos persistentes y elimine las causas.No haga más de lo imprescindible para socorrer al lesionado
sin arriesgarse.
Solicite ayuda urgente: Llame Vd. Mismo, o haga que alguien lo haga, a
seguridad o centralita, para que avisen al personal sanitario o socorrista
especialista en primeros auxilios, para que atienda al lesionado.
Socorra al lesionado: Después de un examen rápido del herido actúe:
-La hemorragia y
falta de respiración deben ser tratados con máxima prioridad.
-Los heridos que
permanezcan inconscientes deben ser colocados en posición lateral de seguridad.
-Las heridas y
quemaduras deben ser protegidas.
-Las fracturas
deben ser inmovilizadas.
-Abrigue
ligeramente al lesionado y tranquilícelo. Aqui un video explcativo:
RECUERDE:
-No mover
violentamente al herido y no darle de beber o comer.
Este tipo de accidente, llamado también in itinere es
aquel que sufre el trabajador en el viaje de ida desde su casa al trabajo o en
el trayecto de vuelta del trabajo a casa.
La experiencia ha demostrado que los accidentes in
itinere constituyen una de las causas más importantes de accidentalidad,
principalmente entre los casos graves o mortales.
Sólo un dato para ilustrar su importancia: el 37% de
los accidentes de trabajo mortales suceden al ir o volver del trabajo.
Peatones:
-Utilice siempre
el trayecto más seguro.
-Camine por las
aceras y evite caminar por sus bordes.
-No cruce
distraídamente las calles y hágalo por los pasos señalizados.
-Antes de cruzar
la calzada mire a izquierda y derecha.
-Cruce únicamente
con el semáforo en verde.
-Obedezca todas
las señales de tráfico y las indicaciones de los agentes.
-En las carreteras
vaya por su izquierda caminando por el arcén.
-Caminando de
noche por zonas mal iluminadas lleve una linterna o un brazalete reflectante.
Conductores
de vehículos:
-Respete siempre
las señales de tráfico.
-Si utiliza
motocicleta lleve siempre puesto el casco de seguridad, y si utiliza un
automóvil abróchese el cinturón de seguridad.
-Revise y mantenga
el vehículo en buen estado, preste especial atención a los puntos críticos para
la seguridad (los frenos, la dirección, las ruedas, las luces, etc.)
-Salga de casa con
el tiempo suficiente, con ello evitará la tentación de comportarse de manera
temeraria.
-Avise siempre con
antelación suficiente antes de realizar una maniobra.
-Respete siempre
los límites de velocidad establecidos. Además tenga en cuenta otras
circunstancias que puedan presentarse: estado de vía o del vehículo,
condiciones meteorológicas, estado físico o psíquico, etc.
-Nunca arriesgue
en los adelantamientos: compruebe que otro vehículo no haya iniciado la
maniobra, estime si dispone de espacio y tiempo suficiente y señalice su
intención adelantar.
-Nunca conduzca
después de haber consumido alcohol. Cuando le entre sueño detenga el vehículo y
descanse.
-Mantenga la
distancia de seguridad con el vehículo que circula delante suyo.
En la oficina existe también el riesgo de incendio
debido, por un lado, a la presencia de materiales combustibles (papeles,
muebles de oficina, cortinas,…) y por el otro las posibles conductas peligrosas
de las personas que en ella trabajan.
Apagar un cigarrillo en una papelera, fumar en locales
en los que está expresamente prohibido, sobrecargar la instalación eléctrica
enchufando demasiados aparatos en una misma toma, son ejemplos de conductas
imprudentes que pueden ocasionar un incendio.
La mejor actitud preventiva debe llevarnos a impedir
el comienzo de un incendio mediante:
-El control de los
combustibles y de los focos de ignición.
-La eliminación de
los materiales combustibles innecesarios, mejorando el orden y limpieza de los
almacenes y puestos de trabajo.
-El diseño seguro
de las instalaciones eléctricas y su mantenimiento periódico.
Además de las medidas preventivas anteriores, es
necesario disponer de los medios de protección suficientes para la lucha contra
el fuego así como la preparación adecuada de las personas que estén al cargo de
la seguridad contra incendios.
En relación a los medios de protección estos deberán
permitir:
-Detectar el
incendio en el momento en que se produzca o lo antes posible.
-Dar alarma a las
personas que integran los equipos de intervención.
-Transmitir la
alarma a los servicios públicos de extinción.
-Facilitar la
evacuación de las áreas afectadas por el incendio.
-Posibilitar la
extinción del incendio o su control.
Organización
de la Seguridad Contra Incendios:
Se concreta en el Plan de Emergencia que se define
como la secuencia de actuación de las personas presentes en el lugar cuando se
declara el incendio o emergencia. Todo plan debe garantizar las funciones de
protección: detección, alarma, evacuación y extinción del incendio.
¿Qué hacer
en caso de incendio?
Si descubre un conato de incendio, mantenga la calma y
actúe según el procedimiento siguiente:
-Dé la alarma a su
superior inmediato, o al Servicio de Seguridad, o a centralita, indicando:
QUIEN informa, QUÉ ocurre y DÓNDE ocurre. Si no puede hacerlo así, accione el
pulsador de alarma más próximo.
-NO CORRA NI
GRITE, de esa manera contribuirá a evitar conductas de pánico en las personas
que se encuentren en la oficina. Avise a las personas que se encuentran con Vd.
De la conveniencia hacia la salida de emergencia más próxima, salvo que tengan
alguna misión asignada en la organización de emergencias.
-No utilice los
ascensores u otros medios de transporte de personas (por ejemplo, escaleras
mecánicas o montacargas), ni permita que otras personas lo hagas.
-Una vez en el
extintor, diríjase al punto de reunión. No vuelva a entrar en el edificio hasta
que lo autorice el Jefe de la emergencia o el Cuerpo de Bomberos.
Utilización
de los equipos de extinción:
EL EXTINTOR:
Localice y seleccione el extintor más próximo que sea
adecuado al tipo de fuego que se haya producido.
-Quite el precinto
de seguridad, y sin accionar todavía el extintor.
-Acérquese al
fuego hasta una distancia prudencial.
-Entonces, accione
la palanca de descarga y dirija el chorro del agente extintor al objeto que
arde en la base de las llamas.
En el siguiente video se te enseñara a com usar un extintor
RECUERDE:
-No debe
arriesgarse innecesariamente
-Si no se apaga el
fuego salga del lugar del incendio y siga las normas de evacuación.
LA BOCA DE INCENDIOS EQUIPADA:
Si en su empresa dispone de Bocas de Incendios con
mangueras (BIES) utilícelas de la manera siguiente:
-Abra el armario o
rompa el cristal de la tapa y extraiga la manguera girando la devanadera y
desenrollándola en la dirección hacia la que se encuentra el fuego.
-Si está sólo y la
BIE es de manguera flexible plana, compruebe que la lanza está cerrada y
después abra lentamente la válvula del
paso de agua.
-Una vez
presurizada la manguera, tome firmemente la lanza-boquilla y abriendo el chorro
más adecuado, empiece la extinción del fuego hasta recibir ayuda o hasta la
llegada de los bomberos.
Una
manipulación inadecuada de las cargas puede dar lugar a numerosas lesiones que
afectan, fundamentalmente, a la columna vertebral y los músculos próximos. Para
prevenirlas es necesario adoptar las recomendaciones siguientes:
-Siempre que le
sea posible, para el transporte de cargas utilice los medios mecánicos
disponibles en la oficina (carritos)
-Inspeccione la
carga antes de su manipulación, al objeto de determinar su peso y su forma, o
si presenta dificultad de agarre, para poder adoptar así las medidas oportunas.
-Aproxímese a la
carga de modo que el centro de gravedad de esta quede lo más próximo al centro
de gravedad de su cuerpo. De esta manera conseguirá una adecuada posición de
equilibrio. Tenga los pies ligeramente separados y uno ligeramente adelantado
respecto del otro.
-Agarre
fuertemente la carga utilizando las palmas de las manos y dedos. Mantenga los
brazos pegados al cuerpo para que sea éste el que soporte el peso.
-Mantenga la
espalda recta, para ello le ayudará el tener “metidos” los riñones hacia el
interior del cuerpo y la cabeza “ligeramente” bajada. Adoptando esta postura la
presión ejercida sobre la columna se reparte por toda la superficie de los
discos vertebrales, reduciendo así la posibilidad de lesiones.
-Para el
levantamiento de la carga utilice las piernas, para ello flexiónelas doblando
las rodillas. En esta posición y sin llegar a sentarse tome impulso con los
músculos de las piernas y levante la carga.
-Evite torcer el
cuerpo con la carga suspendida. Para girarse utilice los pies y dando pasos
cortos gire su cuerpo hacia el lugar de destino de la carga.
RECUERDE:
-Observe e
inspeccione la carga antes de manipularla.
-Levante las
cargas utilizando la musculatura de las piernas y no con la espalda.
-Para alcanzar
objetos distantes levántese y aproxímese a ellos en lugar de adoptar posturas
forzadas para cogerlos.
-Evite torcer la
espalda con la carga levantada, gire su cuerpo, mediante pequeños pasos.
Durante el
transporte de una carga, manténgala pegada al cuerpo, sujetándola con los
brazos extendidos.
-En el descenso de
cargas aproveche su tendencia a la caída. No la levante, limítese a frenar su
caída.
-Para acceder a
los niveles superiores de las estanterías o archivadores utilice las escaleras
manuales o los medios adecuados y seguros para tal fin. No realice trepamientos
por los estantes.
Los trabajos en oficina, en general, son en postura sentado.
No obstante en aquellos puestos de atención directa al público se requiere
adoptar posturas de pie.
Posturas prolongadas, ya sea sentado o de pie, pueden
resultar fatigantes si no se relajan los músculos posturales afectados que
pueden ocasionar problemas circulatorios o de columna.
Estos problemas se pueden evitar adoptando una serie
de medidas de seguridad tendentes a corregir los malos hábitos, adoptando
posturas correctas para cada tipo de trabajo.
4.1. EL
TRABAJO EN POSTURA SENTADO
En general se tiene a considerar los trabajos en
posición sentado como los más cómodos, ello es debido a que el consumo
energético para mantener esta postura es menor que en la posición de pie. No
obstante si no se adoptan las posturas correctas pueden dar lugar a las mismas
fatigas e incomodidades que en los trabajos de pies.
En primer lugar y sobre todo si su puesto de trabajo
es ocupado por usuarios distintos, regule la altura de la silla a sus
dimensiones antropométricas: sentado sobre el plano del asiento, (no en el borde
dejando la espalda sin apoyo) sus codos deben quedar aproximadamente a la
altura del plano de trabajo de manera que le permita guardar una posición del
brazo vertical y horizontal del antebrazo. En esta posición, con las piernas
flexionadas a 90°, los pies deben descansar sobre el suelo. En caso de no
alcanzarlo se debe utilizar un reposapiés de material antideslizante, regulable
en inclinación y altura.
Una adecuada regulación de la altura del asiento, en
la silla de trabajo, permite mantener una postura erguida, con el tronco recto,
apoyando al espalda en el respaldo. En esta posición el peso del cuerpo se
distribuye adecuadamente entre el asiento y el suelo.
Sitúe adecuadamente los elementos a manipular en su
área de trabajo para evitar movimientos y posturas forzadas del cuerpo.
RECUERDE: Una postura sentada flexionada hacia
adelante produce una compresión en la cavidad abdominal.
El sentarse sobre una pierna o con las piernas
cruzadas, además de producir desviaciones en la columna dificulta la circulación
sanguínea de las piernas.
Si la altura del asiento es excesiva y no apoya los
pies en el suelo, el borde frontal del asiento presiona debajo de los muslos,
pudiendo llegar a producir una sensación de hormigueo y molestias en los pies.
4.2.TRABAJO EN POSTURAS DE PIE
En
los puestos de trabajo de atención
directa al público, generalmente, se requiere adoptar una postura de pie, que obliga tener que
desplazarse, flexionarse, girarse o torcer el cuerpo.
En estos puestos de trabajo el plano de la mesa o
mostrador, con carácter general, debe estar a la altura aproximada de los
codos. Un buen criterio de diseño es considerar la altura media de los usuarios
más altos y añadir una plataforma para los usuarios de menor estatura.
Para
reducir la tensión necesaria para mantener el equilibrio del cuerpo es
importante el mantener el cuerpo en posición erguido con el tronco recto,
puesto que de esta manera los discos intervertebrales reparten correctamente el
peso del cuerpo evitando posibles deformaciones en la columna.
Al
objeto de reducir la fatiga de los músculos posturales, no debe mantenerse
demasiado tiempo la misma posición. En lo posible debe cambiarse buscando
aquella que resulte más cómoda o que implique el mínimo esfuerzo físico. Con
cierta periodicidad efectúe movimientos suaves de estiramiento de los músculos.
En
caso de tener que alcanzar objetos o depositar libros en estantería a una altura superior a su cabeza utilice una
banqueta o escalera.
En
lo posible evite torsiones y giros bruscos del troco y movimientos forzados. Es
preferible girar el cuerpo, dando pasos cortos, a la torsión de la espalda.
El uso de pantallas de visualización de datos es una
realidad patente y en constantes aumento en las oficinas. El número de
trabajadores usuarios de los equipos con pantalla es muy importante
especialmente en oficinas. Se pueden considerar trabajadores usuarios los que
superan las cuatro horas de trabajo diario efectivo con estos equipos, o los
que superan las dos horas si además cumplen ciertas condiciones adicionales.
Los trabajos prolongado con pantallas pueden generar
una serie de trastornos físicos, básicamente problemas e irritaciones de la
vista, malestares físicos posturales o un exceso de carga mental. No son solo
las unidades de visualización y sus teclados los responsables de las molestias,
sino el conjunto de elementos que configuran el puesto de trabajo:
-El equipo informático
-La configuración
física del puesto
-El medio ambiente
físico
-Los programas
informáticos
-La organización
del trabajo
El Reglamento relativo al trabajo con equipos que
incluyen pantallas de visualización establece las disposiciones mínimas de
seguridad y salud para la utilización, con ciertas exclusiones.
Se defienden las condiciones exigibles para el equipo,
a saber pantallas, teclado, superficie de trabajo y asiento de trabajo, además
de los requisitos para el entorno del puesto de trabajo, como el espacio, la
iluminación, reflejos, deslumbramientos y control de los agentes físicos
presentes. La interconexión ordenador-persona es otro aspecto que se regula.
Si la evaluación de riesgos detecta situaciones sobre
los cuales es preciso actuar, se proponen una serie de medidas preventivas, que
pasan por una alternancia de tareas reduciendo las duraciones de los trabajos
con pantallas, el establecimiento de pausas cuando no es posible la alternancia
de tareas, vigilancia de salud con periodicidad adecuada incluyendo
reconocimientos oftalmológicos si es necesario, o suministro de dispositivos
correctores para la vista si así lo considerase conveniente el médico
responsable.
La evolución de los procesos industriales ha
propiciado la aparición de nuevos riesgos en el ámbito laboral. Estos se basan
en los factores que determinan el entorno del puesto de trabajo desde un punto
de vista adecuacional, social y psicológico. De las relaciones que se
establecen entre el entorno organizacional (trabajo, estructura de la empresa,
relaciones sociales, etc.) es de donde se derivan los factores de riesgo
psicosocial.
En los puestos de trabajo de una oficia, al igual que
en cualquier otro puesto, los factores psicosociales pueden provocar
alteraciones en el comportamiento de las personas que se traducen en descenso
del rendimiento laboral, conductas inseguras y alteraciones de la salud. Estas
alteraciones vienen provocadas por algunos de los factores que se describen a
continuación.
Motivación
Este factor se caracteriza por el nivel de interés que
genera el trabajo en el inviduo, siendo el factor motivador más importante en
el ámbito laboral la Participación. El nivel de implicación que los
trabajadores tengan en el desarrollo del trabajo y en la planificación
preventiva del mismo, es decir la posibilidad de aportar ideas y que estas sean escuchadas por parte
de sus superiores, mejora la predisposición individual al trabajo y las
conductas seguras, así como las relaciones entre los mandos y los trabajadores.
Además, la motivación está directamente relacionada con la monotonía en el
trabajo, cuenta mayor motivación exista menos monótono y rutinario se hará el
trabajo.
Comunicación
En muchas ocasiones los errores que se producen en los
procesos comunicativos pueden derivar en comportamientos inseguros. Estos
comportamientos pueden ser provocados por una falta de información sobre
riesgos asociados al trabajo, por la ambigüedad de la información, ya que las
personas no somos capaces de procesar toda la que recibimos sino la parte que
se ajusta a nuestras necesidades o expectativas. Sabemos, además, que la forma
más habitual que tenemos las personas de relacionarnos es a través de la
comunicación, de forma que, si ésta es ambigua o confusa genera malas
relaciones entre el personal, lo cual desemboca en un clima organizacional
alterado y por tanto en conflictos laborales que evidentemente afectan
considerablemente al trabajo preventivo en la empresa.
Actitudes
Es un factor fundamental, a que una actitud en la
predisposición que tienen las personas ante las cosas, de manera que dicha
predisposición las lleva a generar un determinado tipo de conducta y no otra.
Es evidente que para que en el puesto de trabajo se produzcan conductas seguras
el requisito previo es que existan actitudes favorables a la prevención, en
caso contrario lo lógico es que la prevención no sea considerada como un
aspecto fundamental del trabajo. Conseguiremos actitudes positivas a la
prevención reforzando las conductas seguras y tratando de eliminar, por medio
de la formación e información, las inseguras.
Tarea
En algunas ocasiones se atribuyen las causas de los
accidentes a las actuaciones de las personas, cuando en realidad, si analizamos
el suceso nos encontramos que pueden ser debidos a un mal diseño de las tareas.
Este mal diseño se debe a que no se contemplan las limitaciones que tiene la
ejecución humana y las demandas son superiores a las capacidades del trabajador.
El exceso de exigencias puede venir determinando por
una serie de factores como: la cantidad de información a tratar, la complejidad
y el tiempo para desarrollarla, el nivel de estimulación (evitar la monotonía y
repetividad) y el nivel de significación (capacidad de decisión y nivel de
responsabilidad). Estos factores determinan un volumen de carga mental de
trabajo, que si no se tienen en cuenta las capacidades y habilidades del que
debe realizarlas, pueden desencadenar estados de fatiga que tienen efecto sobre
la realización de la tarea y sobre la atención necesaria para evitar los
comportamientos inseguros.
Tiempo de
trabajo
La organización del tiempo de trabajo, es decir los
horarios, las pausas, la duración de la jornada, etc. Tienen también un nivel
de influencia destacable en las conductas inseguras. El motivo es que una mala
distribución de la jornada (excesivo número de horas, no introducción de
pausas, ritmo de trabajo predeterminado, etc.) aumenta notablemente el nivel de
fatiga, y este aumento de fatiga, lleva asociado un descenso en el nivel de
atención, un aumento del tiempo de reacción (tiempo que se tarda en reaccionar
frente a un estímulo) y por tanto una menor capacidad de alerta frente a los
peligros del puesto de trabajo. En concreto en el trabajo de oficinas cabe
destacar la importancia de la introducción de pausas durante la jornada para el
personal que trabajo permanentemente con pantallas de visualización de datos.