La evolución de los procesos industriales ha
propiciado la aparición de nuevos riesgos en el ámbito laboral. Estos se basan
en los factores que determinan el entorno del puesto de trabajo desde un punto
de vista adecuacional, social y psicológico. De las relaciones que se
establecen entre el entorno organizacional (trabajo, estructura de la empresa,
relaciones sociales, etc.) es de donde se derivan los factores de riesgo
psicosocial.
En los puestos de trabajo de una oficia, al igual que
en cualquier otro puesto, los factores psicosociales pueden provocar
alteraciones en el comportamiento de las personas que se traducen en descenso
del rendimiento laboral, conductas inseguras y alteraciones de la salud. Estas
alteraciones vienen provocadas por algunos de los factores que se describen a
continuación.
Motivación
Este factor se caracteriza por el nivel de interés que
genera el trabajo en el inviduo, siendo el factor motivador más importante en
el ámbito laboral la Participación. El nivel de implicación que los
trabajadores tengan en el desarrollo del trabajo y en la planificación
preventiva del mismo, es decir la posibilidad de aportar ideas y que estas sean escuchadas por parte
de sus superiores, mejora la predisposición individual al trabajo y las
conductas seguras, así como las relaciones entre los mandos y los trabajadores.
Además, la motivación está directamente relacionada con la monotonía en el
trabajo, cuenta mayor motivación exista menos monótono y rutinario se hará el
trabajo.
Comunicación
En muchas ocasiones los errores que se producen en los
procesos comunicativos pueden derivar en comportamientos inseguros. Estos
comportamientos pueden ser provocados por una falta de información sobre
riesgos asociados al trabajo, por la ambigüedad de la información, ya que las
personas no somos capaces de procesar toda la que recibimos sino la parte que
se ajusta a nuestras necesidades o expectativas. Sabemos, además, que la forma
más habitual que tenemos las personas de relacionarnos es a través de la
comunicación, de forma que, si ésta es ambigua o confusa genera malas
relaciones entre el personal, lo cual desemboca en un clima organizacional
alterado y por tanto en conflictos laborales que evidentemente afectan
considerablemente al trabajo preventivo en la empresa.
Actitudes
Es un factor fundamental, a que una actitud en la
predisposición que tienen las personas ante las cosas, de manera que dicha
predisposición las lleva a generar un determinado tipo de conducta y no otra.
Es evidente que para que en el puesto de trabajo se produzcan conductas seguras
el requisito previo es que existan actitudes favorables a la prevención, en
caso contrario lo lógico es que la prevención no sea considerada como un
aspecto fundamental del trabajo. Conseguiremos actitudes positivas a la
prevención reforzando las conductas seguras y tratando de eliminar, por medio
de la formación e información, las inseguras.
Tarea
En algunas ocasiones se atribuyen las causas de los
accidentes a las actuaciones de las personas, cuando en realidad, si analizamos
el suceso nos encontramos que pueden ser debidos a un mal diseño de las tareas.
Este mal diseño se debe a que no se contemplan las limitaciones que tiene la
ejecución humana y las demandas son superiores a las capacidades del trabajador.
El exceso de exigencias puede venir determinando por
una serie de factores como: la cantidad de información a tratar, la complejidad
y el tiempo para desarrollarla, el nivel de estimulación (evitar la monotonía y
repetividad) y el nivel de significación (capacidad de decisión y nivel de
responsabilidad). Estos factores determinan un volumen de carga mental de
trabajo, que si no se tienen en cuenta las capacidades y habilidades del que
debe realizarlas, pueden desencadenar estados de fatiga que tienen efecto sobre
la realización de la tarea y sobre la atención necesaria para evitar los
comportamientos inseguros.
Tiempo de
trabajo
La organización del tiempo de trabajo, es decir los
horarios, las pausas, la duración de la jornada, etc. Tienen también un nivel
de influencia destacable en las conductas inseguras. El motivo es que una mala
distribución de la jornada (excesivo número de horas, no introducción de
pausas, ritmo de trabajo predeterminado, etc.) aumenta notablemente el nivel de
fatiga, y este aumento de fatiga, lleva asociado un descenso en el nivel de
atención, un aumento del tiempo de reacción (tiempo que se tarda en reaccionar
frente a un estímulo) y por tanto una menor capacidad de alerta frente a los
peligros del puesto de trabajo. En concreto en el trabajo de oficinas cabe
destacar la importancia de la introducción de pausas durante la jornada para el
personal que trabajo permanentemente con pantallas de visualización de datos.
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