La Ergonomía, entendida como el conjunto de
disciplinas cuyo objetivo es adecuar o acomodar el puesto de trabajo a las
características de la persona que en él desempeña su actividad, tiene por
objeto determinar y adecuar los factores de influencia para desarrollar el
trabajo de la forma más segura, eficiente y confortable posible.
A través del análisis ergonómico de la geometría del
puesto de trabajo se pretende hallar la óptima relación entre las condiciones
antropométricas del usuario y los elementos estáticos (mobiliario) que lo
componen.
Dada la imposibilidad de que todas la personas que
ocupan el mismo puesto de trabajo posean las mismas medidas, de diseño
genéricos válidos para la mayor parte de los usuarios. Así por ejemplo, la
altura de la mesa de trabajo y el espacio reservado para las piernas se
considera en base a das cabida a las personas más gruesas, mientras que para
determinar la zonas de alcance óptimo se tienen en cuenta a las personas de
menos estatura.
Asimismo, mediante la regulación de los mecanismos
ajustables del propio mobiliario, se consigue una rápida adaptación a un mayor
número de usuarios de características antropométricas distintas.
Para el diseño ergonómico de los puestos de trabajo en
la oficina conviene tener en cuenta las siguientes recomendaciones.
4.1.
EL ESPACIO DE TRABAJO
En una fase inicial se consideran el número de personas
que van a trabajar en la oficina, así como el máximo número de visitantes que
puedan estar presentes. Con estos datos, con las especificaciones del
mobiliario –cantidad y tamaño- y las características del local podremos
determinar la distribución en planta o layout
de la oficina. En éste se reflejarán entre otras las zonas de paso,
archivo, mesas de trabajo, despachos, estanterías, iluminación, ubicación de
pantallas de visualización de datos, etc…, elementos cuya ubicación va a tener
una marcada influencia sobre la seguridad y comodidad de las personas que
ocuparán los distintos puestos de trabajo.
4.2.
EL MOBILIARIO DE TRABAJO
Mesa de
trabajo:
En la elección de las mesas hay que tener en cuenta el
trabajo que se debe realizar en ella. Si esta altura es excesiva obligará al
usuario a levantar los hombros con el consecuente dolor en la zona dorsal –
cervical. Si por el contrario es demasiado baja provocaremos que la espalda se
doble más de los normal lo que podrá ser causa también, de dolor e incomodidad.
Si el trabajo requiere el uso de una máquina de
escribir, teclado de ordenador o bien cualquier otra actividad que requiera una
gran libertad de movimientos, es necesario que el plano de trabajo esté situado
a la misma altura de los codos, por lo que la mesa de trabajo deberá ser un
poco más baja que éstos. En caso de limitarse a trabajos de lectura y escritura
la altura del plano de trabajo se situará al nivel de los codos,
considerándose, como referencia, la altura de las personas de mayor talla, dado
que para las demás se adaptará mediante la regulación de la altura del plano
del asiento de la silla.
En general la altura de la mesa de oficina será fija
con un espacio inferior para la cavidad de las piernas de modo que permita el
confort postural del usuario. La superficie será mate y de color claro suave.
Silla de
Trabajo:
En función de cada uso y de las dimensiones corporales
de la persona se requiere un diseño específico para cada situación. No
obstante, en los trabajos de oficina, podríamos generalizar en base a los
requisitos siguientes:
-
Asiento regulable
en altura comprendida entre 380 y 450 mm, anchura entre 400 y 450 mm y
profundidad entre 380 y 420 mm. Acolchado recubierto en tela flexible y
transpirable y borde anterior inclinado.
-
Respaldo del
mismo material que el asiento. Si es alto debe poseer apoyo lumbar y una
inclinación, hacia atrás, de unos 15°. Si el respaldo es bajo debe permitir su
regulación en altura e inclinación para conseguir el correcto apoyo de la zona
lumbar.
-
El apoyabrazos es
indicado para aquellos trabajos en los que se exija una gran estabilidad de la
mano y que, por el contrario, no se precise de una gran libertad de
movimientos.
-
La base de apoyo
de 5 brazos con ruedas además de permitir una total libertad de movimiento
evita el vuelco accidental de la silla
Reposapiés:
Es adecuado en aquellos puestos en que la altura de la
mesa es fija y la persona que lo ocupa es de baja estatura y no alcanza estando
correctamente sentada, a apoyar los pies en el suelo, lo que provoca una
presión molesta en los muslos. En estas situaciones es deseable que se utilice
un reposapiés que sea regulable en altura e inclinación y de material
antideslizante.
4.3.
AMBIENTE LUMINOSO
Cerca de 85% de la información la recibimos a través
de nuestro sentido visual. Una buena iluminación facilita considerablemente que
un determinado trabajo será realizado en condiciones satisfactorias de
eficiencia y precisión, de la misma forma que un ambiente acústico y térmico
adecuado también mejora las condiciones de confortabilidad.
Un
nivel de iluminación insuficiente, unos contrastes y brillos excesivos, o los
deslumbramientos pueden ser causa de irritación de ojos, dolores de cabeza y
errores en la ejecución de tareas. La falta de luz natural y la frecuencia de
parpadeo en montajes simples de fluorescentes pueden también estar en el origen
de molestias, siendo esto último más propio de fábricas que de oficinas.
4.4.
CONFORT ACÚSTICO
El ambiente sonoro deseable para oficinas tiene que
permitir el desarrollo normal de las tareas propias que son distintas de las
que se acostumbran a llevar a cabo en una fábrica.
Las interferencias en la conversación oral, las
dificultades para interpretar claramente los mensajes telefónicos o la
imposibilidad de concentrarse en tareas que exigen un esfuerzo mental
importante son factores sonoros críticos en las oficinas, mucho más que en
entornos industriales.
Normalmente, cuando se habla de ambiente sonoro en
oficinas se utilizan referencias de calidad o confort acústico, mientras que si
se habla de ambiente ruidoso en fábricas se valora de acuerdo con el peligro
higiénico que supone estar sometido a niveles elevados de presión acústica, que
pueden conducir a situaciones de sordera profesional. Po consiguiente, para el
confort acústico se dispone de recomendaciones, mientras que para ruidos
peligrosos los criterios están recogidos en normas de obligado cumplimiento.
Los criterios de confort acústico se basan en la
necesidad de disponer de unos límites recomendados de los ruidos de fondo de
tal forma que no interfieran en el desarrollo de la actividad.
Los distintos criterios difieren poco entre sí, ya que
suministran información y contenido espectral que debe exigirse a un ruido de
fondo para que pueda desarrollarse confortablemente una actividad.
4.5.
CONFORT
TÉRMMICO
La situación térmica en oficinas tiene que ser la
necesaria para proporcionar confort térmico, es decir, aquella sensación
subjetiva de satisfacción con el ambiente térmico existente. Este confort está
directamente relacionado con el balance térmico del cuerpo humano, que depende
de una serie de parámetros que se analizan a continuación.
Según el Método Fanger, que es el referente para el
análisis del confort térmico, los parámetros psicométricos que intervienen
cuando se estudia el ambiente térmico son:
-
Temperatura del
aire
-
Temperatura
radiante media
-
Humedad relativa
-
Velocidad del
aire
Además, también influyen las características
(aislamiento) del vestido y el nivel de actividad física que se desarrolla. El
adecuado balance entre los anteriores parámetros entre los anteriores
parámetros conducirá a situaciones en las que si bien no todos se encontrarán
térmicamente confortables, si lo estarán la mayoría de los expuestos. De hecho,
varios estudios han demostrado que en todo grupo de personas, existe al menos
un 5% que muestran estar disconformes con las condiciones de confort
preestablecidas. Obviamente, si las condiciones ambientales son más
desfavorables, este porcentaje puede incrementarse hasta que alcance la
totalidad de la población.
Por último, el Reglamento de seguridad y salud en los
lugares de trabajo de 1997 fija unas condiciones ambientales en los lugares de
trabajo cerrados en función de ciertos valores de temperatura del aire, humedad
relativa y velocidad del aire aunque no se establece, en este Reglamento, un
método completo para valorar el confort térmico, sino que contempla las
variables mencionadas por separado.
4.6.
CALIDAD DE AIRE
Debido a que pasamos un gran porcentaje de nuestro
tiempo en ambientes cerrados, oficina, casa y otros locales, no es de extrañar
que se espere la percepción de una buena calidad del aire (ambiente
confortable) en interiores.
Los edificios modernos cada día son más herméticos,
sin ventanas practicables, pero si están bien diseñados, con los caudales
adecuados de aire limpio filtrado, bien distribuido y convenientemente
climatizado, nos deberían proporcionar una calidad del aire adecuada y un
ambiente confortable para desarrollar nuestras actividades diarias. Pero, en
todos los casos no es así y pueden darse problemas de disconfort en los
ocupantes de los edificios.
Contaminantes
en interiores
La calidad del aire dependerá de la renovación del
mismo y de los posibles contaminantes presentes, cuyo número y variedad posible es elevada, siendo su origen:
-
Los propios
ocupantes del edificio (dióxido de carbono por la respiración, partículas y
aerosoles biológicos como pelo, escamas, etc.)
-
Contaminantes
interiores: producidos por materiales de construcción, mobiliario, productos de
limpieza, pinturas, barnices, cosméticos, etc.
-
Contaminantes
exteriores: procedentes del exterior del edificio como productos de combustión,
polvo, polen, etc.
La exposición a estos contaminantes normalmente no
causaran problemas de importancia para la salud, pero sí, en algunos casos, una
sensación general de disconfort e irritaciones leves, las cuales desaparecen al
poco tiempo de abandonar el local contaminado.
Normalmente una baja calidad del aire está asociada
también a temperaturas, humedades relativas y ventilación inadecuadas.
En la tabla se describen los contaminantes más
habituales en ambientes interiores.
Estos contaminantes, en condiciones normales, se
presentan en concentraciones muy pequeñas que junto con la adecuada ventilación
no deben dar problemas. No obstante deben intentar minimizarse al máximo para
evitar que personas especialmente sensibles puedan verse afectadas.
¿Cómo
podemos mejorar la calidad del aire?
-
Manteniendo unos
caudales y renovaciones adecuadas del aire de los locales, filtrándolo y
distribuyéndolo en función de las necesidades. Es imprescindible una buena
climatización.
-
Realizando una
limpieza y mantenimiento adecuado y periódico del sistema de
climatización/ventilación.
-
En los edificios
de nueva construcción o rehabilitados, se dejará un tiempo prudencial antes de
ocuparse, para evitar la exposición a la pinturas, barnices y otros materiales
utilizados que pueden ser fuentes de contaminantes.
-
Limitar al máximo
la generación de contaminantes en el interior, evitando dentro de lo posible
sus fuentes de emisión (humo del tabaco, ozono de las fotocopiadoras y de las
impresoras láser) mediante mantenimiento y ventilación adecuada. Limitar el uso
de otros productos de consumo y de limpieza que puedan producir gases y/o vapores;
la limpieza se realizará en ausencia de los ocupantes de los locales.
-
Las tomas
exteriores del aire estarán lejos de cualquier foco de contaminante, evitándose
tomar el aire del parking o de zonas donde se encuentre la salida del aire del
edificio.